139.- CUANDO EL VOLUMEN ES EL PREDOMINANTE (En Defensa Del Pequeño Establecimiento).

El balance del resultado ha de ser la aprobacion de los componentes interesados, sin aceptar el criterio propio, para así interpretar la función del uso en las características haciendo solicitud los usuarios, para que dispongan en una misma superficie sus adquisiciones,

Si la realización no es optimizada, de nada sirve su función, por lo que el establecimiento es valido sin necesidad de aprobar la dedicación al producto, tampoco el esmero del seguimiento por su carácter industrial, ni su tiempo natural, procesándolo, no es de vital importancia el lugar concreto de su procedencia, tampoco el esmero de las personas que lo hallan creado, imposible el tratamiento personalizado o elaboración artesanal, por su gran volumen, con una intención para su gran capacidad de origen industrial imposible de concretar en detalle, con una finalidad en apariencia personalizada a través de normas sin hacer detalle persona a persona, 

Nada que ver con el tratamiento del pequeño establecimiento, que  es el que valora en mano, el resultado del contenido,

En los grandes volúmenes el  desprecio de los valores es el predominante al no poder  realizar como meta la elaboración de los productos exclusivos teniendo que hacer imagen espectacular,  con mucha visión publicitaria para mantener el contenido y la tolerancia en su dudosa calidad por cantidad de su existencia,

La destrucción de los pequeños componentes establecidos en la zona del área del gigante implantado, consigue más fortaleza, al derribar al conjunto de su competencia, pués las compatibilidades competitivas no están equilibradas, creando empobreciendo al equilibrio comercial de la zona, extrayendo la Gran Superficie las economías familiares de los barrios del lugar, ajeno al entorno.

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