184.- POR AQUÍ HAY UN VOLCÁN EN ERUPCIÓN.

Estoy en mí nuevo ciclo del día, recién estrenado, me acabo de despertar, aunque todavía estoy dormido, siento que mis constantes vitales aún están en estado de aletargo y no sé exactamente si me encuentro en el mundo real o en ninguna parte, no consigo conectar, siento que estoy flotando por el espacio en un lugar inconcebible de hallarse, aunque por más que me esfuerzo estoy totalmente perdido por todos los lugares que pueda imaginar, con una sensación muy placentera, y la  temperatura de mi cuerpo es como una caldera desprendiendo calor por los cuatro costados y donde en mi calmado reposo noto mi interior el funcionamiento, que va poco a poco poniéndose a toda revolución, de la locomotora del tren de vapor, que hay en mi interior, con sus movimientos de sus llantas con guías radiales, de menos a más velocidad, accionadas por su caldera de carbón, según va avanzando el instante, se va creando más fuego en mi interior y se accionan a más mis bielas, adquiriendo más velocidad, consiguiendo a través de mi nube de algodón, donde floto y sin saber donde encontrarme en su amplitud de recorrido, explorar con detalle y deleite a la vez, el visitar simultáneamente salièndome de mis carriles con mi nave motora y en un ipso facto veo todos los planetas con sus satélites del sistema solar y cuando llego al sol, mi cuerpo en sus efusiones desemboca en un estallido de placer, que hay que mantener disfrutando en su contención, como si en un instante me diera la impresión de ver en primera fila la llegada a continuación del estallido de la Vía Láctea, saliendo en forma de llamaradas todo mi fuego en su conjunto y echando la locomotora por su chimenea su agua comprimida, convertida en vapor a todo gas, mezclado por el humo sensorial y excitante que habita en mi mente y en su consecuencia haciendo escape por el cilindro, después de haber sido impulsado por el pistón, creándose un vacío al salir y oyendo el sonido del "chuf, chuf" de la locomotora, convirtiéndome como cuando erupciona un volcán y escupe echando ráfagas de lava y corre su colada en un continuo, saliendo de las entrañas de mi interior, derramándose a su paso, para luego en su placentero y agotador proceso vuelva la calma y por fin, me halle saliendo de mi cama, poniéndome las chanclas y hallando en mi escapada del dormitorio otros mundos.

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