213.- LA LINEA HORIZONTAL IMAGINARIA.

Con lo que se hace, se hizo y haré, va en un baremo de opciones, con unas dimensiones  continuas en sus recorridos, mientras existe la existencia y con un ancho de banda limitadas.

El recorrido es infinito, con la fuerza de la motivación, creándose paisajes de diferentes naturalezas, que según se va avanzando van cambiando los puntos de mira, creándose en los mismos paisajes, diferentes vistas; sin embargo los laterales son los horizontes que no se terminan y se disfruta con la mirada el contenido que nos va mostrando.

A nivel mental, ocurre lo mismo, los objetivos a conseguir son los que hay que andar por el camino o desandar, que al fin y al cabo es también caminar, aunque repitiendo las secuencias, con diferentes experiencias, para después continuar. Lo que hay a los lados son los consejos que las circunstancias nos enseñan para escoger como referencia lo que es mejor en el desarrollo de las esperiencias, existiendo en su conjunto una línea horizontal imaginaria en el centro del contenido que separa lo que es bueno de lo que no y cuando más subimos la línea más confianza y seguridad disponemos y bajando desde el centro hacia abajo, más necesitamos aprender de las situaciones, teniendo como clave principal, llegar al nivel óptimo de la línea central.

Cuando se está en los límites superior o inferior, la responsabilidad es muy alta, teniendo en cuenta que cuando las experiencias se mueven a niveles extrapolares, el conjunto social del entorno, asume con dificultad los movimientos propios a realizar, siendo, tan peligrosos el subir por elevados caminos en forma de ascensión de escalada, como de pendientes pronunciadas en forma de barrancos.

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