239.- LOS SONIDOS NO VUELAN SOLOS.

Hay un sonido de fondo de agradecimiento en otro apartado, hay calma en el lugar de mi encuentro y hay una tranquilidad que se rompe con sonido de sirenas que proceden del exterior, simultáneamente del espacio surge una melodía eclesiástica de resurgir, flotando un ambiente de bienestar, que hace entrometerme a olvidarme de los aspectos acompañantes que distorsionan la cautela del momento; siguen los intermitentes aplausos de agradecimiento de la sala continúa, sin que venga de ese lugar otro sonido y en los silencios del lugar donde me encuentro, vuelve a incidirse los sonidos externos de sirenas, que hacen un veloz recorrido de iniciación violenta, según se acerca crece con agresión, hasta llegar a la altura de la puerta, donde estoy y con virulenta huída se va alejando hasta silenciarse el lugar donde estoy; y de nuevo resurgir otra vez la melodía eclesiástica donde estoy y otra vez el interrumpido sonido de intermitentes aplausos.

El resultado de la vivencia me hace pensar que estoy haciendo rotación, para percibir los diferentes acontecimientos que se seguirán repitiendo seguidas veces, con pautas parecidas con repetitivas secuencias y permanecer establecido en el mismo tiempo y lugar y así lo sucesivo, concluir por ser un elemento más en el ritmo de situaciones.

Para descomponer la rutina, hay que romper el ritmo de las secuencias, siendo uno mismo el que hace su propia transformación, añadiendo elementos consentidos, por los establecidos, añadiendo poco a poco, hasta la aceptación ajena de un cambio profundo, creando nuevas rutinas diferentes a las anteriores o establecerse a otras dimensiones en otros espacios y tiempos, con nuevos paisajes de entorno a descubrir y a adaptarse.

Ver "Cocofunka - Pa Romper La Rutina (2012)" en Youtube