254.- PASO A PASO.

Contando pasos, vamos como quien cuenta garbanzos, nos levantamos y echamos a andar y a continuación, donde se vaya, hay que andar, con buen o mal genio, como si el cuerpo estuviera dividido en varías partes y no tuviera que ver unas de otras y así hacemos el transporte gratuito de nosotros mismos, con las órdenes que le llegan al cerebro, con sus manías de acelerarse o atascarse, cogemos el sprint, poniéndonos a echar zancadas, a sudar a chorros, por los cuatro costados, como si no estuviese seguro, si después voy a seguir con vida, como si mis pies de ello se tratara, se convirtiera en un par de maletas con ruedas, fuesen a ir  a recorrer medio mundo; o si la cabeza se bloquea,  los pasos se quedan guardados en el ropero a esperar que les toque su turno,  independientemente esté la cabeza llena de grillos, los pasos se queden con reserva de admisión.

Aunque los pasos sean invisibles, no quepa la menor duda que están, son los cómplices de los pies y van de un lado a otro; como el calor de las manos, cuando se frotan en pleno invierno para darse esos calores que conducen al Corazón, cuando en su abandono está congelado; aunque para ésta situación, sea fundamental que el Corazón sin hacer caso a la cabeza, dé permiso a los pies, para que "pasó a paso" llegue a tu vera y te dé un Beso, para que sin frotar las manos, llegue el calor a tu Corazón.

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