265.- CON SOLO ECHAR LA MIRADA HACIA ATRÁS.

Con solo echar la mirada hacia atrás, me veo y no me veo, es un gran dilema; voy andando buscándote por mi camino y se me abren muchas más sendas a mi paso, cuánto más busco andando, más rutas en mi andar hallo y en mi avance solo llevo mi mochila con el regalo de encontrar al Ser que yo amo.

Sin itinerario voy por caminos de campos y miro en mi viaje por horizontes lejanos con la esperanza de averiguar las huellas de tu rastro voy por la ciudad andando y por travesías, avenidas, calles y bulevares, muros como murallas mi vista halla abriendo los ojos, te busco, miro, giro, hago espirales entre tanta gente para por los atajos encontrarte, no sé por dónde más mirar, estoy solo, solo tú eres mi verdad.

Camino de día alargando la mirada, como el coche cuando por la autopista a máxima velocidad va, me subo al cielo como si fuera un globo de gas, para desde allí arriba poderte encontrar, llega la noche y acciono los faros, para continuar por mi senda sin parar y encontrar alguna señal y a tu mirada llegar y cuando caigo rendido, sigo en mis sueños haciendo la ronda para encontrarte y contigo estar.

En el trayecto de mi andar busco el sentido de mi camino para tu mirada sin más remedio inventar, no sé qué nuevas vías tomar, tengo que seguir, sea solo, entre tanta gente, te  busco sin poderte encontrar, mi viaje sigue hacia delante, sin tiempo que existiese, como si no importase lo que a mi alrededor pasase y en el largo recorrido a lo lejos de mi Ser, allá, lo más adelante que la consistencia de mi ente en su avance pueda llegar, vuelvo la vista y te encuentro, con solo echar la mirada hacia atrás.  

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