305.- PARA QUE SEA DE INTERÉS HAY QUE ACUDIR A LA TRASTIENDA DEL INTERESANTE.

Existe una capa fina de lo que se vé con lo que hay detrás, es un escaparate espectacular con una sobredimensionada trastienda, lo ves desde fuera y no es lo que parece, si se supiera todo, se echaría por tierra lo que se vé, es para no conocer y disfrutar de las bellas vistas, porque si se sabe todo, desaparece la interpretación y con ello el sentido de su enfoque.

Hay que ponerse en manos de lo interesante para internarse en su trastienda, desprenderte del interés común, para en su interior admitir el sentido personal.

Cuando se vé desde el exterior, se toma la decisión de entrar al interior del escaparate; el encaje es contrastar el propio exterior con otro exterior que está en el interior preparado para salir, solo es válido si los engranajes encajan y en su encuentro las compatibilidades van a más creándose la posibilidad de ir descubriendo la trastienda, donde las zonas internas las que están más cerca conducen hacia las partes vistas, suelen ser también atractivas en ambas compatibilidades, pero según se van profundizándose hacia el interior tanto de la intrigante, como de la intrigada, se descubren campos ocultos, interesantes a la vez por ser los motores que hacen funcionar las partes externas del interior, si son compatibles, donde tanto el interesado como el interesante se encuentran a sí mismo sus diferencias, que hacen definir la decisión del interés para aceptar al interesado, pues al  encontrarse las compatibilidades, el interés formará parte del interesado sacándolo del lugar de origen para manifestarlo por los campos externos del interés, ocultando en su cautividad  las partes internas, que solo pueden ser conocidas si son interesantes, teniendo otros sujetos que acudir a la tienda para después pasar a la trastienda.

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