327.- CUANDO LOS RELOJES GIREN HACIA ATRÁS.

Me he quedado solo en esta infinita habitación,

Cuando llegué no había espacio de tanta gente,

Te encontré haciendo laberintos para encontrarte, 

Te amé, me amaste 

Y en una noche de invierno te marchaste,

Ahora se apagan las luces gritando al silencio,

El tiempo pasó, 

El viento hasta aquí me arrastró, 

Y con el frío de la soledad las hojas de mis ramas se desprendieron cayendo al abismo de mi olvido,

Las tormentas de mi cabeza no cesan, 

Los rayos y truenos habitan en los recuerdos de otros tiempos,

El desajuste de la ambigüedad me detiene,

¡Quiero volver!, 

Poner los relojes al revés y el tiempo me lleve a quién fuimos ayer,

Nada se compara, 

Aquí en la nada, 

Para adelantar, 

Para escapar,  

Me tengo que encontrar, 

Desliar mi cuenta atrás,

Mientras tanto en la confusión seguiré habitando con mi pena y dolor,

Seguiré en esta habitación infinita, 

Entre cuatro paredes encerrado para todos los tiempos venideros, 

Sólo soy un esclavo del regalo del tiempo de la vida que me diste y de mi Amor que te llevaste,

Con tu abandono me resguardo en los gritos de mis silencios para llevarte a través del tiempo en tu recuerdo,

Cuando consiga que los relojes giren hacia atrás buscaré por aquél  laberinto, donde te encontré, 

Cuando te halle te diré que siempre te quise, te quiero y te querré.

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