334.- CUANDO AL CAMINANTE LE LLEGÓ LA NOCHE.

El Sol se está poniendo, se está haciendo tarde,

Estoy cansado de tanto bregar,

Estoy cansado de tanto andar,

La noche se acerca y conmigo me lleva, sin destino, sin penas, sin glorias que contar,

La luz que ya pasó barrió mis ganas de caminar, 

Mientras todo se apaga mi Vida por los mismos senderos va,

Mi cansancio necesita declinar, el pasado en primera persona es el único me viene a hablar,

Guardándose las luces por el horizonte, me esquivan en mi pasar y para ver a donde alumbran, me tengo que girar, para recordar lo que en otros tiempos hice, por los lugares que nunca volveré a pasar,

Cuando lo que llega molesta, 

Lo que se oye interfiere, 

Lo que se vé duele, 

Al cuerpo en su arrastre no le apetece senderos hacer,

Las luces con pesadez acuestas en la espalda se llevan, como losas de piedra, se llevan cargadas hasta que el cuerpo aguanta, para después continuar arrastras, sin poder desprender de nada, 

El Sol no molesta las canas, se curtió la piel con fracasos y esperanzas, hizo llegase a la más alta montaña, donde la caminata se hace pesada, después de continuas batallas,

Nada es comparable con las luchas pasadas, ahora que nadie retiene hay que verse enfrente con la oscura noche,

Comprender que cuando los rayos se extingan se apagarán las luces del caminante, que sin parar le llegó su aciaga noche.

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